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Elige una carta y descubre tu lado más oscuro

23 enero, 2018

Como se sabe ¿Tienes sentimientos que detestas?, ¿haces cosas de las que te avergüenza hablar?, ¿hay una parte de ti que te gustaría eliminar?, ¿deseas cosas que odias reconocer? Todos tenemos un lado oscuro al que nos da miedo enfrentarnos. Tu lado oscuro no entiende de buenas intenciones, de compromisos, de hacer lo que se supone que hay que hacer. Se mantiene oprimido, pero creciendo, buscando la manera de salir. Explorar tu lado oscuro te permitirá recuperar el control sobre ti mism@, entenderte y conocerte.

Si escogiste la 1

La oscuridad que te invita a ver el Oráculo es que culpas a los demás de tu vida, de lo que te ha ocurrido, de lo que te pasa. Puede que tengas algunas luces y ya no culpas a tus padres, por ejemplo, pero estamos tan acostumbrados a victimizarnos, que muchas veces lo hacemos casi por inercia. Quizás piensas que tienes mala suerte en el amor, o que no entiendes por qué no duras en los trabajos, o porqué te cuesta que la gente te respete o te valore. Todos estos son ejemplos que nos vemos como víctimas ante la vida, y salir de ese pozo profundo, lo antes posible, nos acerca a la verdadera felicidad.

Si escogiste la 2

Tienes muy intelectualizados tus procesos internos, tu oscuridad. Mentalmente entiendes muy bien todo lo que te ocurre, a quien culpas, que sanar, que no hacer, qué hacer. Sin embargo, el tratar de entenderlos con la cabeza y no bajarlos al corazón, hacen que sigan siendo oscuridad en ti. Deja de buscar explicación a lo que deseas sanar, deja que tu corazón sienta e ilumina tu vida.

Si escogiste la 3

La creencia que existen emociones “buenas” y “malas” es la oscuridad que te cuesta ver. Al rechazar la envidia, el rencor, la rabia, el odio, la avaricia, y pensar que sólo pertenecen a otros y que los “iluminados” o personas que están en otro nivel de conciencia no los sienten o no los tienen, no dejan ver que muchas veces proyectamos en los otros lo que es mio. Todas las emociones son propias de los seres humanos; la diferencia reside en que la envidia o el rencor, por ejemplo, no dominan mi vida, pero están ahí, mostrándome que soy una persona común y corriente. Ilumina esa creencia; porque siempre es bueno recordar que todos somos uno.

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